El domingo partimos a hacer la previa en el Obelisco. De un lado los paraguayos, del otro los uruguayos. En la calle Florida nos sacamos una foto y todos amigos. "Suerte para el partido". Hubo buenos deseos mutuos, pero cada uno queriendo que la fiesta quedara de su lado.
Los colores en las tribunas delataban la mayoría de hinchas uruguayos en el estadio. Según nuestro ojímetro un 70-30 o más.
Uno de los puntos altos de la jornada llegó cuando se entonaron las estrofas del himno nacional. El Monumental realmente tembló. Del partido no vamos a contar nada, todos ya lo vieron. Sólo decir que se nos escapó una lágrima con el primer gol de un equipo que logró conmovernos a todos.
Pasaron los minutos y a falta de varios para el final, el festejo ya se empezó a sentir y fue en ascenso hasta que el pitazo final nos encontró en un abrazo incansable y fue seguido del 'dale campeón, dale campeón'.
Eso sí, las 15 veces que tuvimos que escuchar la canción de Diego Torres durante los festejos fue lo único reprochable de una noche inolvidable. Aunque del "1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14... 15" no nos vamos a cansar.
Nos sentimos parte de la vuelta olímpica, inventada por Uruguay hace 87 años al ganar la medalla de oro en fútbol en los Juegos Olímpicos de París 1924 y que esta vez nos regalaron Fernando, los cuatro Diego, los tres Sebastián, Walter, Mauricio, Cristian, Luis, los dos Alvaro, Juan, Nicolás, Maximiliano, Egidio, Abel, Andrés, Edinson, los dos Martín, el Maestro y todo su equipo de trabajo.
Felicitaciones a todos. Y gracias.
Fotos: Uruguay olímpico
Agradecimientos: Ce, Miguel y Elena. Sin ellos no hubiera sido posible.
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