martes, 26 de julio de 2011

Y dimos la vuelta olímpica


Uruguay olímpico
viajó como hincha a la final de la Copa América en Argentina y festejó el título de la Celeste en un Obelisco porteño copado por varios miles de uruguayos.


Más de tres horas de espera para cruzar el puente en Fray Bentos no desalentaron a ninguno. El sábado a la tarde llegamos a Buenos Aires, contando las horas para el partido. La ansiedad crecía y poco se pudo dormir.

El domingo partimos a hacer la previa en el Obelisco. De un lado los paraguayos, del otro los uruguayos. En la calle Florida nos sacamos una foto y todos amigos. "Suerte para el partido". Hubo buenos deseos mutuos, pero cada uno queriendo que la fiesta quedara de su lado.



La línea D nos llevó desde el Obelisco hasta Núñez. Gracias al personal del subte todos los hinchas uruguayos pasamos sin pagar. Bien por nuestros hermanos argentinos, que dejaron atrás el resentimiento por lo vivido el 16 de julio, fecha patria por estos lados. "(...) Volveremos a ser campeones como la primera vez" resonó en todo el viaje hasta Congreso de Tucumán. En las 15 cuadras que nos separaban del Monumental continuamos alentando pero no éramos sólo tres: cada grupito, desconocidos unos con otros, terminamos unidos en el mismo canto. Y allí llegamos. El Monumental nos esperaba.

Los colores en las tribunas delataban la mayoría de hinchas uruguayos en el estadio. Según nuestro ojímetro un 70-30 o más.

Ya antes del calentamiento, el aliento no dejó de bajar de las tribunas. Y los cánticos siguieron sin parar hasta el final del partido. En la platea San Martín, donde fuimos testigos del título, se veía las caras de asombro de los extranjeros, especialmente los que no son de este hemisferio. Y en otro gesto de hermandad americana, algunos mexicanos, eliminados por Uruguay en primera fase, cantaron el "Soy Celeste" como unos uruguayos más.

Uno de los puntos altos de la jornada llegó cuando se entonaron las estrofas del himno nacional. El Monumental realmente tembló. Del partido no vamos a contar nada, todos ya lo vieron. Sólo decir que se nos escapó una lágrima con el primer gol de un equipo que logró conmovernos a todos.

Pasaron los minutos y a falta de varios para el final, el festejo ya se empezó a sentir y fue en ascenso hasta que el pitazo final nos encontró en un abrazo incansable y fue seguido del 'dale campeón, dale campeón'.

Eso sí, las 15 veces que tuvimos que escuchar la canción de Diego Torres durante los festejos fue lo único reprochable de una noche inolvidable. Aunque del "1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 11, 12, 13, 14... 15" no nos vamos a cansar.


Nos sentimos parte de la vuelta olímpica, inventada por Uruguay hace 87 años al ganar la medalla de oro en fútbol en los Juegos Olímpicos de París 1924 y que esta vez nos regalaron Fernando, los cuatro Diego, los tres Sebastián, Walter, Mauricio, Cristian, Luis, los dos Alvaro, Juan, Nicolás, Maximiliano, Egidio, Abel, Andrés, Edinson, los dos Martín, el Maestro y todo su equipo de trabajo.

Felicitaciones a todos. Y gracias.

Fotos: Uruguay olímpico
Agradecimientos: Ce, Miguel y Elena. Sin ellos no hubiera sido posible.

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