--¿Cómo te sentiste?
--Muy emocionado, a veces estos momentos creés que los podés planificar, pero la verdad que salen como se va dando. No me quería olvidar de nadie en los agradecimientos. Este reconocimiento, por la iniciativa que tuvo la Confederación, fue importante y en el momento justo, porque a veces se deja pasar mucho tiempo para despedir a los deportistas. Les agradezco mucho este momento que me han dado para disfrutar con mis amigos y familia.
--¿Cómo te sentiste en este tiempo?
--Al principio fue duro, cuando tomé la decisión fue duro. Uno de los momentos que me sentí mal realmente fue cuando los chicos se fueron a los Panamericanos. Ahí me dolió bastante, pero bueno, ya está. Yo creo que va a haber momentos puntuales en los que voy a querer estar como el Darwin, los Sudamericanos. Pero también creo que el tiempo va a ir sanando las heridas. Además seguiré ligado como entrenador.
--¿Cómo cambió tu vida en estos meses?
--Disfrutando a ella (su hija). Igual a la familia ya la estaba disfrutando mucho. Ahora ya totalmente dedicado a mi familia y en cualquier momento listo para empezar a trabajar en el Campus de Maldonado.
Heber está haciendo el curso de entrenador, este año termina segundo y el año que viene se recibe. "Cuando empezó a estudiar, él ya se iba dando cuenta que estaba haciendo la transición", le contó Sandra, su señora, a Uruguay olímpico.
--¿Cómo vienen los proyectos?
--Bárbaro. El Campus de Maldonado me da la posibilidad de que me incorpore como entrenador. Ya está todo encaminado, está faltando la puntada final para empezar a trabajar en la parte de formativas.
Michel Mary, su heredero natural en el atletismo uruguayo, lo definió como "Un fenómeno. El mejor de todos los tiempos". Y así, es un ídolo para muchos. En el homenaje, Julio César Maglione, presidente del Comité Olímpico Uruguayo, enumeró a glorias del atletismo uruguayo y lo sumó a Heber Viera a ese listado histórico. "Ahora él entra en esa historia", aseguró Maglione.
--No (rotundo). No, no caigo, no caigo. Me cuesta todavía.
--Cuando nombraron a todas glorias y dijeron ahora está él también...
--Faaa, la verdad es que me cuesta creer, en ese sentido no caigo.
Y tras más de 16 años de carrera, el repaso por los mejores momentos es tan inevitable como emocionante.
--¿Cuál es el momento que más te marcó en el atletismo?
--El Sudamericano del 99 (hizo el 10.15, récord nacional y la marca que fue la mejor de un blanco en 100 en el año), mi primer Juego Olímpico (Sydney 2000), mi primera medalla a nivel Iberoamericano cuando gané esa carrera increíble, haber salido campeón sudamericano. Son momentos puntuales que te van a quedar grabados por siempre.
--¿Y lo mejor que te dio el atletismo?
--Y los amigos. El entorno en el que me movía para mí era importante. Y los viajes me abrieron muchos caminos, disfrutar, conocer lugares que no hubiese conocido ni una mínima parte y encima disfrutando con amigos no sólo a nivel nacional, sino a nivel sudamericano, porque en cada torneo éramos los mismos y ya éramos como una familia.
Hace 16 años llegó a Montevideo de Bella Unión y se tomó un taxi desde Tres Cruces para la Pista Oficial, anécdota que repasó en su homenaje. Muchos años pasaron de aquel entonces.
--¿Cómo definís con pocas palabras tu camino en el atletismo?
--Con alegría. Porque lo que me dio el atletismo fue todo. Me abrió muchas puertas.
--¿Y en qué se diferencia aquel chico que se tomó el taxi para venir a la pista a este Heber?
--En haber aprendido muchas cosas en mi camino, vivir, compartir, disfrutar, también pasé malas pero el tiempo me fue marcando y dejando lo bueno.
Maglione en sus palabras nombró más de una vez a Maia como la heredera. "Ella me ve en los diarios en malla y piensa que soy un teletubbie. No puedo marcar a Maia como futura heredera. El tiempo lo va a decir y será ella quien decida su futuro". Mientras ella, con sus dos añitos, está feliz en los brazos de papá.
Fotos: Uruguay olímpico
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