El partido duró un tiempo. La fiesta, tres horas.
La Generación Dorada de Argentina estuvo en el Palacio Peñarol y brilló para disfrute de los 5000 presentes.
La fiesta la puso la gente colmando el Palacio desde temprano, los argentinos, accesibles, sacándose fotos y firmando autógrafos, las glorias del básquet uruguayo haciéndose presente (nadie se lo quiso perder) y la presentación olímpica de los jugadores que permitió que cada uno, tanto de Argentina como de Uruguay, se llevara un cerrado aplauso de los presentes.
Eso sí, Jauri se lo tomó bien en serio: no paró de darles indicaciones a sus jugadores. En la rotación del primer cuarto, lo mejor estuvo en el ingreso de Borselino. Del otro lado, Delfino fue el primer NBA en aparecer, el que más complicó con su juego en el primer cuarto para irse 15-10 arriba. Delfino terminó con cuatro triples en cinco intentos. Lo mismo que todo Uruguay en 16 intentos (Barrera aportó dos). En el segundo cuarto, el Enano Martínez hizo una penetración por debajo de todos y se ganó la primera gran ovación de la noche: fue el 16-20 que despertó a la tribuna al grito de "Uruguay, Uruguay". Un doble de Borselino para el 18-20 unió a todo el público en un "Soy Celeste". Y hasta ahí llegó Uruguay. Una magia de Manu de ésas que acostumbra en la NBA levantó suspiros y significó un triple (desacomodado, sobre el cierre de la posesión) para el 23-32 con el que terminó el primer tiempo.
El cuarto y último cuarto fue el tiempo de las rotaciones. A 7.47 del final, Julio Lamas sacó a Scola, que se llevó los mayores aplausos de la noche. A 6.58 salió Manu y otra ovación se sintió en el Palacio. El final fue 77-50. Pero poco importó. La gente fue a ver sus ídolos, esta noche luciendo la camiseta argentina.
Fue una fiesta. Y Uruguay olímpico estuvo ahí. Un lujo para todos.
Fotos: Uruguay olímpico
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