martes, 5 de julio de 2011

"Soy una agradecida al atletismo"


María Mello, de 17 años, es la única representante de Uruguay en el Mundial de Menores, en Lille, Francia, que arranca este miércoles. Allá está ella con su entrenador Milton Cardozo, quien día a día cuenta las experiencias de este viaje. Luego de algunas demoras en la llegada, ya se fueron adaptando al cambio de hora y preparándose para la competencia. "Mimí lanzó bien y se siente fuerte, el nivel es muy alto pero vamos por el objetivo que es mejorar la marca personal", contó el entrenador en su último resumen diario en Facebook.

María empezó en el atletismo hace cuatro años y ya es récord nacional absoluto en lanzamiento de jabalina con 46.47, logrado en la pista de atletismo Montevideo en mayo de este año. En este Mundial, la uruguaya es 25ª entre 35 competidoras. El entry list preliminar está aquí. Este miércoles, a las 17.20 (hora francesa), comenzará la clasificación de jabalina. Sólo 12 pasan a la final del jueves.


--¿Cómo fue la preparación para el Mundial?
--Me preparé bien, entrenando todos los días. Ahora esperando que llegue el día de la competencia porque nunca competí en un Mundial, nunca pensé en llegar a un Mundial. La verdad es que estoy muy contenta. Llego lo mejor preparada, cuidándome físicamente, bien comida, bien dormida, todo lo que necesita el atleta, para ver si puedo lograr una buena marca para el país. Sé que hay muchos mejores del mundo que yo. Yo con clasificar ya estaba conforme. Yo hace cuatro años que hago atletismo y ni había pensado en viajar lejos. Voy a tratar de aprovechar al 100%. Nunca había pensado en tener pasaporte para viajar siquiera. Son cosas que sorprenden. El atletismo me ha dado cantidad de cosas hermosas. Me ha ayudado cantidad en el tema del estudio, del alimento.


Pero detrás de esta adolescente de Fray Bentos que ahora se codea con los mejores atletas del mundo en su categoría hay una historia conmovedora. Mimí, como es conocida, había abandonado los estudios pero volvió al Liceo. "Lo termino sí o sí. Es una meta", contó en un mano a mano con Uruguay olímpico antes de viajar. Antes comía salteado y andaba en la calle con sus amigos del barrio (un barrio bien humilde en Fray Bentos). Ahora tiene ayuda de UPM que le da la comida, Tamberitos que le da yogures para toda la semana, más el apoyo de la Intendencia de Río Negro, que le da dinero mensual, y Nike, su sponsor, que le da ropa.

--¿Cómo era tu vida y cómo cambió?
--Me gustaba el barrio, estar con mis amigos, no estudiar, no tenía muchas metas, no tenía metas en realidad. Y tuve muchas situaciones feas. Mis padres nunca pudieron darme los alimentos para un deportista. Hubo unos años que era una complicación, iba a entrenar sin comer. Ellos siempre me dieron lo que pudieron porque somos seis hermanos y era un poquito para cada uno como corresponde porque mi padre no tiene un trabajo seguro y mi madre no trabaja. Lo poco y nada me servía igual y era feliz, pero era difícil para entrenar. De un año a otro cambió mucho. Mi mente, mi madurez, mi forma de pensar de ahora nada que ver como era antes. La verdad que siempre estoy agradeciendo porque antes mi mente era yo y mi entorno y nunca pensé que había más que eso.

Su familia está compuesta por madre, padre y seis hermanos (tres más grandes que María y dos menores). "Somos todos unidos. Los quiero un montón a todos. También está mi abuela, que tiene todas mis medallas, me apoya. Con mi mamá y mi papá estoy más pegada. Ellos me dan los mejores consejos que alguien me puede dar. Yo nunca les obligo que me den algo que nunca pudieron darme, pero siempre estuvieron al lado mío. Fueron una sola vez a verme (a Montevideo) y ya me alcanza hasta siempre. Mi padre es mi Dios, el que trabaja, lucha. Yo quiero hacer lo mismo. Porque el lucha para tener las cosas. Y a él saco un poco yo lo de luchadora.


--¿Y cuáles son tu sueños?
--En el atletismo mi sueño es llegar a un Juego Olímpico y llegar preparada para tener un buen lugar mundial. Si es dentro de 100 años, que sea dentro de 100 años. Pero es algo que siempre deseé. El Mundial fue mi primera meta. Estuve para clasificar a los Juegos de menores (los Juegos Olímpicos de la Juventud en Singapur 2010) pero no pude. Ahora voy a dar más para llegar. Y después de eso, seguir en esto. Cambiar a los niños que son como yo era antes a como soy yo ahora. Quiero ser como una profesora de Educación Física, preparar a los chicos, ayudar en el atletismo y con los problemas de la calle porque muchos saben como era yo y escuchan mis palabras. Nunca pensé que iba a ser un ejemplo para otros niños.
--¿Y ahora seguís con la gente de tu barrio?
--Ellos me valoran, me apoyan. Pero ahora nunca estoy en casa entre los entrenamientos, el liceo. Es un hola, chau, unas cinco palabras y nada más. Eso lo controlo. Pero yo me doy con todo el mundo en Fray Bentos, soy normal y sencilla. El atletismo no sólo me dio medalla y orgullo, sino que me ha dado una manera de pensar y una vida. Soy una agradecida al atletismo por todo lo que me da.


Su llegada al atletismo. "Yo empecé en quinto de escuela haciendo lanzamiento de bala. Me vio mi profesor y empecé a ir a entrenar pero iba una vez por semana. Empecé a tirar pelotita. Milton se ve que vio que tenía un brazo rápido, pero nunca me gustó lanzamiento de jabalina. Yo tuve que pasar por los cuatro lanzamientos. Y el único que nunca me gustó era jabalina. Odiaba la jabalina porque era muy complicado. Hasta que surgió un día que me obligó porque ya no estaba yendo mucho. Elegí lo que nunca pude hacer y terminó siendo lo que más gustó y ando bien. Luego hice el récord uruguayo (en octubre del 2008) y fue una motivación. Me empezaron a surgir las metas. Yo siempre hice deportes. Hice seis años de fútbol, pero el atletismo nunca lo había visto como hasta ahora. Yo siempre lo había visto como un juego, lo sigo teniendo como un juego, porque me divierte, pero ahora es distinto. Luego de eso avanzó todo.


--¿Qué significa Milton para vos?
--Es como mi padre. Es más que un profesor, es compañero, te escucha, te da consejos. Y si falto a entrenar, se enoja. Así que tengo que ir sí o sí, o me reta. Hace seis años que lo conozco y lo tomo como un padre, conviví con él y soy muy pegada a él. Hay una amistad y sobre todo, mucho respeto.

Milton le regaló una cruz que lleva siempre puesta. "No soy de ir a la Iglesia, pero creo". Y con esa fe, María competirá mañana en el Mundial.

Fotos: Uruguay olímpico

1 comentario:

  1. felicitaciones Maria por esta leccion de vida que estas dando,espero que puedas tener todo el apoyo que necesitas para lograr tus objetivos.Deseo que alguien del ministerio de deporte sepa la historia de Maria,para que se den cuenta que existen muchas historias similares e inviertan mas en deporte ya que es una de las formas que tenemos de tener una juventud "saludable".
    Jose Cabrera (Maldonado)

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